La Fiscalía de Menores de Castellón ha pedido 18 años de cárcel por un delito continuado de agresión sexual a V. M. G., un monitor de tenis de 58 años en la provincia de Castellón. Los hechos ocurrieron entre septiembre de 2022 y abril de 2023. El acusado, en prisión desde el 24 de abril del año pasado, era profesor de tenis de la menor, que tenía 14 años cuando ocurrieron los hechos y él 56. En el listado de técnicos con licencia que se puede consultar en la página web de la federación española, el acusado figura como monitor nacional de tenis (titulado nivel 1), es decir, “aquel docente capacitado para enseñar y entrenar a jugadores en los niveles básicos de la iniciación al tenis”.
Según el escrito de acusación de la Fiscalía, al que ha tenido acceso este periódico, el presunto agresor “sirviéndose de la confianza que en él tenían los padres de la menor, empezó a interesarse por su rendimiento deportivo, prestándole más dedicación que al resto de alumnos, recogiendo él mismo a la menor en su casa para llevarla al entrenamiento y llevándola además de a la cancha de tenis a una vivienda de su propiedad en Vall de Uxó (Castellón)”. No residía en esa vivienda, según recoge el escrito, pero tenía montado en esa vivienda un gimnasio. Con la excusa de realizar entrenamientos físicos, V. M. G. se llevaba a la niña. En esa vivienda la menor sufrió supuestamente las agresiones a partir de septiembre de 2022; el acusado, siempre según el escrito, la dejó embarazada. Está a la espera de juicio, para el que no hay fecha todavía.
Las agresiones sexuales empezaron con tocamientos ”con claro ánimo de satisfacer sus deseos sexuales”, según la fiscalía, y terminaron con al menos 10 penetraciones. El entrenador pidió a la menor que se quitara la camiseta para “poderle palpar los senos” con la excusa de que era necesario “para prevenir enfermedades”, según el escrito. Cuando la menor, intimidada, se apartó, él le dijo que esas cosas entre alumna y profesor eran “normales”, que se “soltara” porque para tener “un buen rendimiento deportivo” tenían que tener “buena conexión”, que la relación tenía que “fluir” ya que iban a “pasar mucho tiempo juntos”.
En otra ocasión, y tras poner colchonetas en el suelo y hacer que la menor se tumbara para hacer estiramientos, intentó convencerla de que “los orgasmos eran buenos para relajarse” y que “muchos atletas lo hacían”. La invitó a probar y la menor se negó. En una tercera ocasión, siempre según el escrito de acusación, el acusado le hizo quitarse la ropa interior para tratarle una lesión en el músculo abductor que le dolía, le dijo que se soltara. La menor primero le pidió que parara y luego le pidió “reiteradamente que se quitara de encima, que no quería”, y en lugar de eso la violó. Lo haría, según la Fiscalía, en otra decena de ocasiones más en los tres meses siguientes. También la obligó a masturbarlo. La menor había manifestado un dolor de muñeca durante el entrenamiento y el acusado consideró que ella tenía que mover la muñeca para “destensarla”.
Cuando el 23 de abril del año pasado la menor le dijo que no le bajaba la regla, el acusado, según la Fiscalía, “se puso de rodillas y le suplicó para que no le dijera nada a sus padres, que les dijera que había mantenido relaciones sexuales con otro menor y que no pasaría nada, de lo contrario, él acabaría en la cárcel”. La joven quedó embarazada y se sometió a una interrupción voluntaria del embarazo. Por los hechos, además de los 18 años de cárcel, la Fiscalía pide también una inhabilitación de 20 años para actividades que conlleven contacto con menores, la prohibición de acercarse a menos de 500 metros de la víctima y de comunicarse con ella por un periodo de 28 años. Se pide también el pago de 50.000 euros de indemnización y los gastos por la atención médica prestada a la menor por parte de la Consejería de Sanidad de la Generalitat Valenciana.
La Audiencia Provincial de Castellón ya condenó en noviembre de 2020 a 15 años y medio de prisión a un entrenador de gimnasia artística del Club Gymnàstic de Betxí por abusos sexuales a menores. En la investigación que ha emprendido este periódico sobre abusos en el deporte, se han contabilizado, hasta el momento, 1.132 víctimas y 206 casos. Es bastante común, cuando ocurren agresiones sexuales en el deporte, que los entrenadores consideren que una de sus tareas es dar masajes, pese a no tener titulación, como fórmula para acercarse a los chicos y a las chicas. De ahí que los delegados de protección insistan en la importancia de definir las competencias de los técnicos y monitores y hacer ver a los menores que los entrenadores son solo entrenadores, no fisioterapeutas.
Si conoce algún caso de abusos en el deporte español que no haya visto la luz, puede escribir a: [email protected]
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